Para los andaluces por ejemplo pensar en semana santa no es pensar en Sevilla, cada andaluz que piensa en la semana santa piensa en la propia y después en la de los demás... En este caso hay que seguir haciendo excepciones, por ejemplo con los sevillanos, cuando piensan en semana santa piensan en Sevilla, luego en Sevilla y por último... en los barrios de Sevilla, como es natural...
Quien conoce bien cualquier semana santa sabe que cada hermandad tiene su estilo propio, y que además cada hermandad busca sobre todas las cosas tener un estilo propio, unas con más acierto que otras, así que el resultado es que hay hermandades que buscan tener un estilo propio que se parezca mucho al estilo propio de otras hermandades...
Pero en el pensamiento lego, en aquellos que no son andaluces o que no tienen interés por la semana santa, más allá de ver un espectáculo antropológico, cultural, religioso etc. Las diferencias a priori se diluyen. todos asocian la semana santa andaluza al exceso, quizás se queden con la fastuosidad de los tronos malagueños, quizás lo que marque su subconsciente sea la algarabía que rodea a determinadas hermandades como sucede con los gitanos en Granada o la Macarena y la Esperanza de Triana de Sevilla, quizás lo que marca el subconsciente colectivo sea la música, las flores, los aplausos o la particular forma de ser y de vivir la fe de los andaluces, pero eso es un error, no son menos fervorosos en otros lugares, o no lo son al menos siguiendo un cauce natural...
Porque nos vamos al otro extremo, Castilla, generalmente asociada a una palabra "Austeridad"
A alguien se le ocurrió decir que la semana santa de Castilla era austera y con austera se quedó. Quizás lo hacían con el fin de desmarcarse de la semana santa del sur, quizás el planteamiento estaba hecho para ser una alternativa turística, aplicando quizás un eslogán como este: "vive la semana santa distinta, vive una semana ascética". El problema para los amigos del norte, porque al parecer Castilla se ha convertido por arte de magia en la comunidad autónoma de Castilla y León, prescidiendo de la castellanidad de otras semanas santas que también son castellanas, al menos geograficamente: Cuenca, Ciudad Real, Madrid, Toledo, Albacete etc. Así que de igual manera que la semana santa de Andalucía se reduce a Sevilla, Sevilla, después Sevilla y luego Málaga y Granada, la semana santa de Castilla se reduce a Valladolid, Zamora y León, no deja de ser curioso porque culturalmente al menos Zamora y León son parte de lo que antes era León y no Castilla...
El caso es que me da la sensación de que durante unos años hubo una especie de limpieza "estilística" en el norte para acomodar la semana santa norteña a los parámetros de la austeridad requerida... El resultado es una semana excesivamente ascética que a la postre a generado muchas dudas, no ya en los espectadores que obtienen lo que esperan cuando visitan estas semanas santas, sino en los cofrades, que no se satisfacen con lo que hacen y tienen y que además encuentran razones obvias para pensar que han perdido mucho de lo que tenían...
Pues ahora viene el cambio de marcha y les digo que se olviden de todo lo que han leído.
Así que en Castilla, el supuesto estilo austero, es escusa muchísimas veces para un estilo que adolece de falta de solemnidad, de falta de elegancia, falta de sentido estético que es más grave, y que además uniformiza y destruye tradiciones locales y costumbres de determinadas cofradías que no suponían más que la originalidad de la cofradía, curioso que mientras que en el sur se busca la idiosincrasia propia en el norte lo que se busque sea la fidelidad a ese ideal de sobriedad y austeridad.
Por ultimo, ya que este tema, amenazo, lo voy a tener que continuar, quiero dar el mayor de los argumentos encontrados.
La evolución de las especies.
Sí, ya lo dijo Darwin, y no deja de ser curioso que cite en un blog cofrade a este naturalista, pero síganme el símil, entiendan a las hermandades como unos seres vivos que nacen, crecen y pueden morir. Mueren, como se ha demostrado en Madrid, de un lado a las que matan, de otro las que no se adaptan.
Quiero llegar a la conclusión de que hay ciertas "innovaciones" cofrades que se han dado en algunos lugares que son positivas, ayudan al fin, que es lo que no hay que perder de vista, el objetivo. También hay lugares donde se han conservado y mantenido aspectos que es positivo revisar, por si interesa recuperar, y muchos lugares deberían ver ciertos cambios no como "invasiones culturales" sino como algo mucho más normal y humano: cambios, aunque sean difusiones y aprender a usarlas en beneficio propio, más aún si esas innovaciones ayudan a recuperar un sitio y sobre todo partes que la semana santa no debe, ni debió perder. Una semana santa debe tener ascetismo, pero no solo ascetismo, debe tener pasión y sentimiento y devoción, pero no sólo pasión sentimiento y devoción. Lo bonito es que los cofrades tengan la opción de elegir su estilo y que las cofradías conformen ese estilo, para que cada cual se identifique con el que más le gusta o los que más le gusten, según y como...
1 comentario:
Viva la Semana Santa de Málaga, con mucha diferencia, sinuosidad, y elegancia, por encima de cualquier otra!!!
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