sábado, 23 de enero de 2010

De estilos cofrades

Ya iba siendo hora de abordar un tema ingente, de gran calado y dimensión, que veo a través de la red de redes que preocupa mucho a los cofrades, o al menos a muchos cofrades.
Quiero tratar el tema como trato casi todos los temas en este blog, desde una perspectiva madrileña y desde una "óptica" lo más crítica posible, pido perdón de antemano por posibles imprecisiones y doy las gracias al foro madridnazareno y a numerosos blog que me han ayudado a forjarme una teoría que tenía ganas de enunciar.
Dicho lo cual no voy a hacer una disertación teórica de cómo está el panorama estilístico cofrade, porque sería inútil, lo cofrade va unido al estilo, el estilo es la marca que define en primer lugar al tipo de cofrade, en segundo lugar al tipo de cofradía y en tercer lugar a la ciudad y quizás a la región...


Aunque todo esto es matizable y mucho.
Tradicionalmente a los ajenos a la semana santa y al mundo cofrade les parecería que hay dos grandes estilos andaluz y castellano. Un pensamiento muy común en los madrileños que son el público por excelencia, mientras otros se dedican a disfrutar y vivir sus semanas grandes, ya sabemos que los madrileños se ponen en la carretera y se van a disfrutar de las de los demás, no sin cierta fascinación por lo exótico y cultural que resulta, algo así como los propios "guiris" que visitan la semanas santas. No es de extrañar entonces que muchos madrileños crean que la semana santa de Madrid termina y acaba con Jesús Nazareno de Medinaceli.
Sin embargo repartir la semana santa española en dos bloques es caer en el más absurdo de los tópicos, en primer lugar porque existen "áreas de transición" como en casi todas las cosas, en segundo, porque dentro de estos bloques hay auténticos abismos estilísticos.

Para los andaluces por ejemplo pensar en semana santa no es pensar en Sevilla, cada andaluz que piensa en la semana santa piensa en la propia y después en la de los demás... En este caso hay que seguir haciendo excepciones, por ejemplo con los sevillanos, cuando piensan en semana santa piensan en Sevilla, luego en Sevilla y por último... en los barrios de Sevilla, como es natural...

Quien conoce bien cualquier semana santa sabe que cada hermandad tiene su estilo propio, y que además cada hermandad busca sobre todas las cosas tener un estilo propio, unas con más acierto que otras, así que el resultado es que hay hermandades que buscan tener un estilo propio que se parezca mucho al estilo propio de otras hermandades...

Pero en el pensamiento lego, en aquellos que no son andaluces o que no tienen interés por la semana santa, más allá de ver un espectáculo antropológico, cultural, religioso etc. Las diferencias a priori se diluyen. todos asocian la semana santa andaluza al exceso, quizás se queden con la fastuosidad de los tronos malagueños, quizás lo que marque su subconsciente sea la algarabía que rodea a determinadas hermandades como sucede con los gitanos en Granada o la Macarena y la Esperanza de Triana de Sevilla, quizás lo que marca el subconsciente colectivo sea la música, las flores, los aplausos o la particular forma de ser y de vivir la fe de los andaluces, pero eso es un error, no son menos fervorosos en otros lugares, o no lo son al menos siguiendo un cauce natural...

Porque nos vamos al otro extremo, Castilla, generalmente asociada a una palabra "Austeridad"

A alguien se le ocurrió decir que la semana santa de Castilla era austera y con austera se quedó. Quizás lo hacían con el fin de desmarcarse de la semana santa del sur, quizás el planteamiento estaba hecho para ser una alternativa turística, aplicando quizás un eslogán como este: "vive la semana santa distinta, vive una semana ascética". El problema para los amigos del norte, porque al parecer Castilla se ha convertido por arte de magia en la comunidad autónoma de Castilla y León, prescidiendo de la castellanidad de otras semanas santas que también son castellanas, al menos geograficamente: Cuenca, Ciudad Real, Madrid, Toledo, Albacete etc. Así que de igual manera que la semana santa de Andalucía se reduce a Sevilla, Sevilla, después Sevilla y luego Málaga y Granada, la semana santa de Castilla se reduce a Valladolid, Zamora y León, no deja de ser curioso porque culturalmente al menos Zamora y León son parte de lo que antes era León y no Castilla...

El caso es que me da la sensación de que durante unos años hubo una especie de limpieza "estilística" en el norte para acomodar la semana santa norteña a los parámetros de la austeridad requerida... El resultado es una semana excesivamente ascética que a la postre a generado muchas dudas, no ya en los espectadores que obtienen lo que esperan cuando visitan estas semanas santas, sino en los cofrades, que no se satisfacen con lo que hacen y tienen y que además encuentran razones obvias para pensar que han perdido mucho de lo que tenían...

Pues ahora viene el cambio de marcha y les digo que se olviden de todo lo que han leído.


¿Por qué? Porque es una sandez. Pensar en estilos en función de regiones tiene sentido, pero es un absurdo.


Quien conoce la semana santa andaluza sabe que una cosa es Málaga y otra Sevilla y una tercera cosa es Granada, a Dios gracias, recemos porque siga siendo así. Así pues; ¿Para que hablar de semana santa andaluza si las diferencias son enormes?


Pero si bajamos de nivel es absurdo hasta de hablar de semanas santas por ciudades, por Dios. Voy a usar de ejemplo la semana santa granadina que es la que mejor conozco ¿Donde están las similitudes entre el Cristo de San Agustín y la Esperanza? ¿En que se parece el Silencio a la Aurora? Hay diferencias entre el Realejo y las hermandades que bajan del Albaicín, hay diferencias entre las hermandades más "serias" y otra de definición compleja. ¡Cuánta gente se ha sorprendido al ver a la Soledad y me han dicho que esa virgen les parecería propia de la semana santa de Castilla! y resulta que pocas cosas hay tan granadinas.


En Sevilla, sin ser un experto, y es la sorpresa que se llevan muchos visitantes, las diferencias son clamorosas cuando ven pasar a la hermandad del Silencio, a la Amargura o a la Quinta Angustia en contraposición a otras hermandades como Macarena, Gitanos, Estrella, Hiniesta etc.


¿Cuál es el estilo sevillano? No existe. Existen los estilos sevillanos, como mucho.

Decía un "forero" que la semana santa castellana es víctima de esos clichés, no le falta razón. En pro de esos clichés se han hecho en Castilla muchas tropelías. ¡Cuidado en Andalucía los clichés también existen y existen también los cofrades que se dejan guiar por esos clichés!


Así que en Castilla, el supuesto estilo austero, es escusa muchísimas veces para un estilo que adolece de falta de solemnidad, de falta de elegancia, falta de sentido estético que es más grave, y que además uniformiza y destruye tradiciones locales y costumbres de determinadas cofradías que no suponían más que la originalidad de la cofradía, curioso que mientras que en el sur se busca la idiosincrasia propia en el norte lo que se busque sea la fidelidad a ese ideal de sobriedad y austeridad.


Por ultimo, ya que este tema, amenazo, lo voy a tener que continuar, quiero dar el mayor de los argumentos encontrados.


La evolución de las especies.

Sí, ya lo dijo Darwin, y no deja de ser curioso que cite en un blog cofrade a este naturalista, pero síganme el símil, entiendan a las hermandades como unos seres vivos que nacen, crecen y pueden morir. Mueren, como se ha demostrado en Madrid, de un lado a las que matan, de otro las que no se adaptan.

Las hermandades como seres vivos, formadas por otros seres vivos, aunque algunos parezcan más muertos que vivos..., evolucionan. Cambian, no hay más que echar un ojo a la historia de las hermandades más antiguas, da igual la ciudad y veremos cambios que nos van a sorprender. En primer lugar veremos más similitudes que diferencias entre ellas. Veremos que en sus primeros siglos de vida hacían las cosas muy parecidas indiferentemente de la ciudad o la región.
¿Entonces? Evolucionaron de una forma distinta, como ya sabemos en algunos casos quedaron más estancadas en esa evolución. Y hago un alto para decir que el cambio puede llegar por difusión o por innovación. Dicho con un ejemplo , aunque en España no inventamos el teléfono era positivo que lo usáramos y por eso vino de donde viniera y lo usamos...


Quiero llegar a la conclusión de que hay ciertas "innovaciones" cofrades que se han dado en algunos lugares que son positivas, ayudan al fin, que es lo que no hay que perder de vista, el objetivo. También hay lugares donde se han conservado y mantenido aspectos que es positivo revisar, por si interesa recuperar, y muchos lugares deberían ver ciertos cambios no como "invasiones culturales" sino como algo mucho más normal y humano: cambios, aunque sean difusiones y aprender a usarlas en beneficio propio, más aún si esas innovaciones ayudan a recuperar un sitio y sobre todo partes que la semana santa no debe, ni debió perder. Una semana santa debe tener ascetismo, pero no solo ascetismo, debe tener pasión y sentimiento y devoción, pero no sólo pasión sentimiento y devoción. Lo bonito es que los cofrades tengan la opción de elegir su estilo y que las cofradías conformen ese estilo, para que cada cual se identifique con el que más le gusta o los que más le gusten, según y como...