lunes, 9 de noviembre de 2009

tontos con o sin capirote

Existe un libro muy recomendable, especialmente para los que viven y disfrutan la semana santa del sur, que se llama Tontos de Capirote, su autor es Francisco Robles, quien con el paso del tiempo al ir reeditándose esta obra ha ido incluyendo algunas categorías más a la lista, larga, de tontos.
Toda una tipología de "tontos" en las cuales cualquiera puede englobarse, cualquiera que tenga cierto apego a eso que llamamos la semana santa.

Esta obra, genial, me inspira a escribir esta "entrada" por que considero que es necesario hablar de algo que en Madrid se entiende mal, según he leído y constatado y no sólo en Madrid.
¿Cómo son los cofrades?

Como este blog tiene una dedicación fundamental a la semana santa madrileña voy a hacer la consideración desde los cofrades madrileños, así voy a hablar de unas pocas grandes categorías, muchas de las categorías de las que habla Francisco Robles no están presentes en Madrid, otras quizás sí.
Los cofrades madrileños se dividen en varias categorías, pero todas ellas son en su ecosistema, o sea la sociedad madrileña, especies "raras" yo diría en peligro de extinción.
Más valdría a las autoridades tomar alguna medida para su protección. ¿Por qué? Porque esta especie de la misma manera que cualquier otra especie rara aporta al ecosistema algún beneficio, sea cultural, sea turístico, y por tanto económico, sea sentimental o sea simbólico. Pero algo aportará, quizás un estudio más detallado nos podría explicar bien qué aporta.

Pero la especie además de amenazas externas, que son muchas, tiene amenazas internas, porque ha degenerado en unos subtipos que endemicamente están contagiando a toda la especie de unas enfermedades mortales de necesidad: apatía, conformismo, resignación, dejadez...

La primera de las subespecies es la del cofrade resignado, es una especie, dentro de lo raro, de la más abundante, en Madrid habitan en la mayoría de las cofradías como El Divino Cautivo, la Soledad, el Yacente, los Siete Dolores, Medinaceli, Alabarderos. Son cofrades que sencillamente se resignan a que las cosas sean malas por naturaleza, que no se hagan bien, y generalmente tienden a pensar que no hay solución mejor ni manera posible de revertir la situación decadente de sus hermandades o cofradías y de la semana santa de Madrid. Esta subespecie está acaudillada por unos líderes naturales que podemos conocer como "los sufridos" Son unos cofrades resignados que dirían seguramente acerca de su liderazgo que: "aceptan el puesto porque nadie más lo quiere coger". Logicamente ellos hacen "lo que pueden", en realidad no dejan de ser por un lado tan resignados como el resto de cofrades resignados y por otro lado aceptan con "resignación y humildad" la "cruz que Dios les manda" en forma de cargo en una corporación...

Otro subtipo es el cofrade conformista, es ese que por "formación-deformación" está de acuerdo con todo, desde estar de acuerdo con todo lo que le sugiere o manda el arzobispado hasta lo que deciden sus juntas de gobierno, es ese cofrade que generalmente no tiene formación alguna como cofrade, no se trata de que no entienda de arte, de bordados, de música, etc. Sino que no entiende de cómo habría de funcionar una hermandad, y desde luego es incapaz de ver ningún fallo ni en su hermandad ni en general, en la semana santa madrileña, no concibe, o mejor dicho no se le ha pasado por la cabeza que en una hermandad han de primar los mismos criterios que en cualquier otra asociación: eficacia, calidad, ganas, objetivos. Muchas veces aborda el asunto cofradiero desde un mal entendido sentido cristiano, y confunden humildad con conformismo... En cualquier caso este espécimen vive feliz en su ignorancia y no espera, por tanto no desespera.
Cercano a ese subtipo está el cofrade-pasota, es un tipo muy especial, abundante, tiene relación con el resignado, es un cofrade que hace las cosas por hacerlas, en muchos casos por tradición familiar en otros casos no se sabe, quizás una vaga creencia, pero en general este tipo de cofrade vive su experiencia cofrade desde el verbo pasar: pasa de estar en la junta, pasa de participar en nada que proponga la hermandad, pasa de aprender ningún aspecto que mejore su calidad humana, pasa de aprender ningún aspecto "técnico" relacionado con las cosas de la cofradía, pasa de opinar sobre la gestión de la semana santa, pasa de las otras hermandades, pasa de sus hermanos, pasa....
Este "cofrade pasota" está enfermo de una enfermedad endemica y muy peligrosa. Muchas veces estos cofrades han sido contagiados por esta enfermedad a causa de relacionarse con cofrades resignados y especialmente con los líderes de estos que gobiernan las hermandades, a veces los cofrades pasotas llegan a estar en las juntas de gobierno, de las que pasan y pasan desde luego de fomentar y hacer nada, con lo que contagian su mal a otros cofrades. Dicho de otra manera ellos están desmotivados y desmotivan a los demás.

Otro de los subtipos es el cofrade crítico, muy pocos, a la vista de los resultados, son los cofrades con alguna formación, al menos en cuanto a que "atesoran" conocimientos relacionados con el "quehacer cofradiero" suelen ser los que sugieren cambios, los que luchan por medrar y mejorar, en ese estado "pasional" se multiplican en muchas actividades y recurren a todos los medios a su alcance en su lucha, casí contrarreloj por apuntalar una casa que se cae. Son los que participan en foros de internet, los que buscan aprender de historia, arte, y todas las "artes relacionadas con lo cofrade" son los que ponen el hombro muchas veces para sacar un paso y en más de una ocasión hechan una mano y las dos, son pies, cabezas y manos en unas hermandades faltas de "personal", muchas veces pasan a formar parte de alguna junta de gobierno, se los detecta fácil en esa posición porque no han esperado a que Dios quisiera que esten en esa hermandad, sino que ellos mismos han dado el paso para estar ahí. Generalmente son jóvenes y generalmente lo que saben lo han aprendido en otros sitios, al contrario que los cofrades conformistas estos viven con inquietud y con impaciencia esperando unos cambios que no llegan... Participan y se mueven quisieran que su semana santa fuera de otra forma, y tienen más o menos claro que hay enormes deficiencias en su semana santa y es más detectan el peligro latente de su propia desaparición. Esta subespecie corre dos peligros, o enfermarse de pasotismo, o desaparecer del panorama cofrade madrileño y migrar en busca de climas más favorables.
En Madrid su habitat usual está en las cofradías de "corte andaluz" ¿Por qué será? Gitanos, Pobre, Macarena y estudiantes. Siendo mucho más escasos en otras corporaciones.

Por último está el cofrade frustado, es aquel que murió o no exite, digo murió en sentido figurado, otras veces podría decir que fue "abortado" es aquella persona que en este entorno tan desfavorable hacia la semana santa que es en primer lugar la sociedad madrileña, y en segundo lugar la iglesia madrileña no llega a nacer como cofrade. Esta falta de nacimiento como cofrade se debe de un lado a la inexistencia de cofradías, las que hay son pocas y la mayoría poco llamativas y desde luego poco conocidas. De otro lado una vez toman contacto con las cofradías se encuentran ese clima en el que abundan las enfermedades endemicas que a veces los llegan a matar al poco de nacer o incluso antes ¿Quién se hace hoy por hoy hermano de ciertas corporaciones? ¿Quien las conoce? ¿Cuantos hermanos nuevos hacen al año? ¿Cuantos se dan de baja al año?
Además en el bitopo madrileño están apareciendo otras especies que están comenzando a reemplazar al cofrade, como los "hermanos neocatecumenales" esta nueve especie, que ha aparecido en el ecosistema madrileño reemplaza y desplaza a los cofrades, cómo es de esperar sus pautas de comportamiento son diferentes de las de los cofrades, sus objetivos bien distintos, su "modus operandí" también varía, pero cada vez más toman el lugar de los cofrades en una mutación de sus comportamientos. Es obvio que no se interesan por los aspectos que para ellos son externos o quizás sí, solo que los conciben de forma diferente, el caso es que son capaces de hacer procesiones inventandose unas nuevas formas de hacerlo que aún no se les había ocurrido ni siquiera a los más "enfermos de los cofrades".
Es evidente que convertirse en cofrade además en Madrid supone enfrentarse a ciertos, muchos estereotipos y muchos prejuicios por parte de la sociedad actual madrileña: Algo pasado de moda, ultraderechista o ultraconservador que a veces se asocia a ultracatólico, reprimido y sobre todo lo que más daño quizás le hace a ese especie en peligro de extinción, la idea asociada de que ser cofrade no es propio de los madrileños sino de los andaluces o de los castellanos, y leoneses. Así pues cabe decir que de no tomarse medidas urgentes para solventar estos problemas estructurales que afectan a esta especie pronto será un recuerdo, quizás sobrevivan algunas hermandades, las menos afectadas por esas enfermedades, pero sin una presencia de hermandades suficientes no podremos hablar de semana santa madrileña sino de hermandades madrileñas o quizás de hermandades de estilo o corte andaluz en Madrid.

3 comentarios:

Alberto dijo...

Me has asustado con los hermanos neocatecumenales y sus nuevas procesiones. Vamos, no me lo quiero ni imaginar. El resto, fauna extendida por toda España aunque se adapte a su entorno y forme una subespecie.

Un abrazo.

La verdad esta ahi fuera dijo...

Como dice el amigo Conchero, la fauna cofrade es muy parecida en todas partes, quizas con alguna subespecie local.

Ana dijo...

Amigo no tengo muy claro en que subespecie meterme, solo tengo claro que el la de "cofrades neocatecumenales" no me veo, es la primera vez que escuchaba algo sobre ellos, (tengo tanto que aprender) estuve leyendo ayer lo que encontré en internet y decididamente no cuadro.
Siempre aprendiendo contigo, saludos.
P.D Ayer acudí a la procesión de Nuestra Patrona, nunca la había visto en vivo, me quedé algo defraudada (quizá me deba meter en el de los críticos?)Principalmente por el paso a ruedas, que aun sabiéndolo, me dejo en parte helada y lo que me asustó y es que muchas de las personas que había a mí alrededor se comportaban como si lo que estaban viendo era el circo y los que están delante del paso fueran animales en extinción.
Una imagen buenísima quedó en mi retina, justo cuando el paso se paró delante de la Mariblanca.