La hermandad de los Gitanos hace una cosa muy meritoria en nuestra ciudad, salir el Miércoles, eso es de valorar. Nos hacen la “puñeta” (bocamanga en ganchillo o puntilla que usan los señores jueces en este país nuestro), digo que nos hacen la puñeta porque nos hacen ir hasta los Jerónimos a verlos salir, en un día laborable. Pero lo digo desde el cariño, pues me parece muy bien que alguien salga este día, la semana santa empieza el Domingo de Ramos no el Jueves Santo. Gracias hermandad de los Gitanos por llenar esa necesidad de más procesiones en más días.
Eso sí cuando conocí a esta hermandad hace cuatro años hacía un recorrido más amable, aunque a veces uno se encotrara por compañeros de bulla a un inglés, a un australiano o a un seguidor del RCD Espanyol, con camiseta y todo...
Ha sido la única procesión que he visto en esta mi ciudad. El recorrido de este año ha perdido mucho de ese sabor “gracioso” de la calle Huertas y de la Plaza de Santa Ana que era donde esta cofradía hacía una “minicampana”.
Quiero decir que el paso ha mejorado con los años, los respiraderos le hacían falta, no me acaban de convencer los candelabros en las cuatro esquinas, y creo que la decoración floral tampoco acaba de rematar, tal vez el señor necesitaría dos candelabros más en la parte central, algo más pequeños. Los cuatro candelabros a veces tapan la cara al N.P Jesús de la Salud.
En cuanto al caminar, el señor camina bastante bien, aunque este año hizo cosas raras y parecía que a ratos “botaba”, tal vez sea porque no conocían el recorrido, sé que los costaleros no ensayan en la zona.
Del cortejo he de decir que parece más que corto, tengo la sensación y se comentó entre el público a la salida que este año había menos nazarenos. Aunque esto parezca una burrada, si los nazarenos que optaron por quedarse eran personas mayores o muy jóvenes hicieron bien porque habrían enfermando seguro del frío que hacía. También es una demostración palpable que las hermandades en Madrid no consiguen crecer en número como deberían y eso es muy preocupante.
Esta Hermandad que hace cosas muy meritorias, necesita el apoyo del público madrileño, deberían ir pensando las hermandades en hacer un guíón que pusiera “no nos mires, ¡unete!” (es una broma).
Lo que si es cierto es que nuestra sociedad madrileña está demasiado acostumbrada a ser espectadora, a no implicarse en las cosas y dejarlas en manos de otros, pero eso no siempre da buen resultado, hay que ser conscientes de que no todo se puede importar... La semana santa es una manifestación de fe, pero, y en esto sé que pienso muy distinto del clero madrileño, no hace falta ser un gran practicante católico, para conocer la vida de hermandad, para unirse a ese esfuerzo común que es una hermandad, es una forma de mantener vivo algo de nuestras raíces. Los madrileños deberían empezar a decirle al mundo que aquí no todo es intercultural, multicultural, multiétnico y no sé que más. Los madrileños, los españoles, tenemos tanto derecho o más a celebrar algo nuestro y encima algo con tanta implicación espiritual y de comunidad como es ser de una hermandad y poner todas las primaveras en la calle una cofradía, sepan los lectores que ser de una hermandad no obliga a ir a las manifestaciones de los obispos, ni a creerse “a píes juntillas” cualquier cosa que se les ocurra decir a los católicos pastores, y tampoco es hacerse ultra, ni del opus, ni ninguna cosa rara, simplemente es creer las cosas como han se han creído siempre, y demostrar eso que se demuestra cada semana santa, que se siente algo al ver a ese titular de la hermandad.
Volviendo a la hermandad de los gitanos, creo que sin gitanos, el factor predominante de esta procesión fue el frío, gélido, con un viento imposible que impidió a a la cera brillar, la del paso nula, la de los nazarenos menos, el prioste debería haber pensado esta inconveniencia y con una procesión de 4 horas bien podría haber recortado un poco la cera de las tulipas, porque el señor iba oscuro. Nos tuvimos que marchar al poco de ver la salida y eso que a un servidor le gustaba verlo entrar en la Basílica de Medinaceli, este año no lo vi entrar en los Jerónimos, y tampoco cogí sitio para ver la salida, que seguramente fue dura y complicada porque el paso no es precisamente pequeño.
Al no estar en la zona de huertas era imposible irse a tomar un café y volver a ver al señor de los gitanos, así que mucha gente tras verlo pasar se iba a casa, y es de esperar que la cofradía acabara muy sola.
Debe de saber el público que por esta zona no es la primera vez que discurre una cofradía, parece ser que en tiempos del rey Felipe V por aquí también pasaron cofradías, no se que de verdad tendrá eso.
Cómo puntos fuertes he de decir que a esta hermandad se le ve mucha gente joven, y un punto no sé si fuerte o débil, de mucha afición costaleril, lo cierto es que el señor y el paso lo merecen. Como punto débil parece que esta hermandad tiene poco tirón aún, en parte por el día, en parte porque la gente, torpe, sólo espera procesiones en la calle Toledo, y la Plaza Mayor, en parte porque la hermandad es joven, no sé... Pero poco tirón, una vez terminada la salida, a la media hora ya había claros para poder ver la cofradía, igual que en el cielo, nunca mejor dicho. Por cierto la banda de Angustias y Soledad de León no tocó bien tiene un sonido sucio y da sensación de falta de ensayo, en cuanto a enseres e insignias la hermandad sigue teniendo insignias “circunstanciales” en primer lugar porque falta quien los lleve, en segundo porque evidentemente la hermandad se estará centrando en adquirir otra clase de patrimonio antes que de las insignias, por ejemplo no hay bocinas, que la verdad no son indispensables, las varas son todas iguales, salvo las de cargos “hermano mayor”o “Teniente Hno. Mayor”, faltó la bandera que otros años llevaba, no hay bandera de la hermandad, tras el paso no había nada aparte de la música. Escasez en cortejo, raro en una hermandad como esta.
Cómo conclusión, el recorrido por la zona de huertas era mejor, no dista tanto de los jerónimos y creo que acojía más a una hermandad que empezaba a ser de este barrio. El paso, anda bonito, pero ya lo pensé otra vez que la vi, parece que no anda sin marchas, “a tambor” que se dice en otros lares, recrearse mucho no es bueno. El paso fue a oscuras por falta de previsión, aunque la culpabilidad de tanta oscuridad la podemos repartir en un 70 % viento y un 30 % priostía de la Hermandad. La banda de música también es mejorable, y por último esta hermandad deberá reconsiderar cómo captar hermanos sino mucho me temo que el paso del cristo acabará en Andalucía y la hermandad en el archivo diocesano.
Eso sí cuando conocí a esta hermandad hace cuatro años hacía un recorrido más amable, aunque a veces uno se encotrara por compañeros de bulla a un inglés, a un australiano o a un seguidor del RCD Espanyol, con camiseta y todo...
Ha sido la única procesión que he visto en esta mi ciudad. El recorrido de este año ha perdido mucho de ese sabor “gracioso” de la calle Huertas y de la Plaza de Santa Ana que era donde esta cofradía hacía una “minicampana”.
Quiero decir que el paso ha mejorado con los años, los respiraderos le hacían falta, no me acaban de convencer los candelabros en las cuatro esquinas, y creo que la decoración floral tampoco acaba de rematar, tal vez el señor necesitaría dos candelabros más en la parte central, algo más pequeños. Los cuatro candelabros a veces tapan la cara al N.P Jesús de la Salud.
En cuanto al caminar, el señor camina bastante bien, aunque este año hizo cosas raras y parecía que a ratos “botaba”, tal vez sea porque no conocían el recorrido, sé que los costaleros no ensayan en la zona.
Del cortejo he de decir que parece más que corto, tengo la sensación y se comentó entre el público a la salida que este año había menos nazarenos. Aunque esto parezca una burrada, si los nazarenos que optaron por quedarse eran personas mayores o muy jóvenes hicieron bien porque habrían enfermando seguro del frío que hacía. También es una demostración palpable que las hermandades en Madrid no consiguen crecer en número como deberían y eso es muy preocupante.
Esta Hermandad que hace cosas muy meritorias, necesita el apoyo del público madrileño, deberían ir pensando las hermandades en hacer un guíón que pusiera “no nos mires, ¡unete!” (es una broma).
Lo que si es cierto es que nuestra sociedad madrileña está demasiado acostumbrada a ser espectadora, a no implicarse en las cosas y dejarlas en manos de otros, pero eso no siempre da buen resultado, hay que ser conscientes de que no todo se puede importar... La semana santa es una manifestación de fe, pero, y en esto sé que pienso muy distinto del clero madrileño, no hace falta ser un gran practicante católico, para conocer la vida de hermandad, para unirse a ese esfuerzo común que es una hermandad, es una forma de mantener vivo algo de nuestras raíces. Los madrileños deberían empezar a decirle al mundo que aquí no todo es intercultural, multicultural, multiétnico y no sé que más. Los madrileños, los españoles, tenemos tanto derecho o más a celebrar algo nuestro y encima algo con tanta implicación espiritual y de comunidad como es ser de una hermandad y poner todas las primaveras en la calle una cofradía, sepan los lectores que ser de una hermandad no obliga a ir a las manifestaciones de los obispos, ni a creerse “a píes juntillas” cualquier cosa que se les ocurra decir a los católicos pastores, y tampoco es hacerse ultra, ni del opus, ni ninguna cosa rara, simplemente es creer las cosas como han se han creído siempre, y demostrar eso que se demuestra cada semana santa, que se siente algo al ver a ese titular de la hermandad.
Volviendo a la hermandad de los gitanos, creo que sin gitanos, el factor predominante de esta procesión fue el frío, gélido, con un viento imposible que impidió a a la cera brillar, la del paso nula, la de los nazarenos menos, el prioste debería haber pensado esta inconveniencia y con una procesión de 4 horas bien podría haber recortado un poco la cera de las tulipas, porque el señor iba oscuro. Nos tuvimos que marchar al poco de ver la salida y eso que a un servidor le gustaba verlo entrar en la Basílica de Medinaceli, este año no lo vi entrar en los Jerónimos, y tampoco cogí sitio para ver la salida, que seguramente fue dura y complicada porque el paso no es precisamente pequeño.
Al no estar en la zona de huertas era imposible irse a tomar un café y volver a ver al señor de los gitanos, así que mucha gente tras verlo pasar se iba a casa, y es de esperar que la cofradía acabara muy sola.
Debe de saber el público que por esta zona no es la primera vez que discurre una cofradía, parece ser que en tiempos del rey Felipe V por aquí también pasaron cofradías, no se que de verdad tendrá eso.
Cómo puntos fuertes he de decir que a esta hermandad se le ve mucha gente joven, y un punto no sé si fuerte o débil, de mucha afición costaleril, lo cierto es que el señor y el paso lo merecen. Como punto débil parece que esta hermandad tiene poco tirón aún, en parte por el día, en parte porque la gente, torpe, sólo espera procesiones en la calle Toledo, y la Plaza Mayor, en parte porque la hermandad es joven, no sé... Pero poco tirón, una vez terminada la salida, a la media hora ya había claros para poder ver la cofradía, igual que en el cielo, nunca mejor dicho. Por cierto la banda de Angustias y Soledad de León no tocó bien tiene un sonido sucio y da sensación de falta de ensayo, en cuanto a enseres e insignias la hermandad sigue teniendo insignias “circunstanciales” en primer lugar porque falta quien los lleve, en segundo porque evidentemente la hermandad se estará centrando en adquirir otra clase de patrimonio antes que de las insignias, por ejemplo no hay bocinas, que la verdad no son indispensables, las varas son todas iguales, salvo las de cargos “hermano mayor”o “Teniente Hno. Mayor”, faltó la bandera que otros años llevaba, no hay bandera de la hermandad, tras el paso no había nada aparte de la música. Escasez en cortejo, raro en una hermandad como esta.
Cómo conclusión, el recorrido por la zona de huertas era mejor, no dista tanto de los jerónimos y creo que acojía más a una hermandad que empezaba a ser de este barrio. El paso, anda bonito, pero ya lo pensé otra vez que la vi, parece que no anda sin marchas, “a tambor” que se dice en otros lares, recrearse mucho no es bueno. El paso fue a oscuras por falta de previsión, aunque la culpabilidad de tanta oscuridad la podemos repartir en un 70 % viento y un 30 % priostía de la Hermandad. La banda de música también es mejorable, y por último esta hermandad deberá reconsiderar cómo captar hermanos sino mucho me temo que el paso del cristo acabará en Andalucía y la hermandad en el archivo diocesano.
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