Va a llegar el mes de Junio y en nuestra querida ciudad de Madrid tienen los cofrades muchas asignaturas pendientes. Las arrastran de año en año, de década en década.
Digo tienen porque un servidor no es cofrade de esta ciudad, soy madrileño, pero la vida me apartó de esta ciudad durante mucho tiempo y eso me llevó a ser cofrade en otras tierras y a valorar lo cofrade con otros ojos, probablemente más limpios pero sobre todo mucho más maduros a la hora de entender a hermandades, cofradías, procesiones, pasos, imágenes, y demás aspectos en esto implicados, que como se entienden aquí en Madrid, donde muchos se dedican a jugar a los pasitos, ajenos a las críticas, ufanos de sentirse poderosos en un ámbito donde no tienen presión social ni parecen sentirse en la obligación moral de responder de sus acciones al frente de hermandades, agrupaciones e instituciones relacionadas con todo esto, porque....¿A quién le importa lo que hagan estos señores? A nadie parece importante, parece que muchas veces no importa ni siquiera a los propios hermanos.
Así es muy fácil hacer o deshacer, dejar hacer o impedir hacer. Da igual, nada importa, porque lo cofrade en Madrid es un enfermo en la UVI, un enfermo que muchos están deseando ver fallecer y al que sólo algún enfermero pretende aliviar en su agonía. Francamente el pronóstico es grave, está muy difícil que salga de la UVI
Así que como cofrade ajeno, pero como madrileño, me preocupo por algunas de las tradiciones de esta ciudad, muchas de ellas relacionadas con la semana santa, pero no solo, también están las patronales, el corpus, las glorias etc.
Nuestro alcalde sigue pensando que cultura son los museos, las actuaciones al aire libre, exposiciones y demás eventos, se olvida, probablemente porque no le gustan y le parecen viejas y poco cultas que también son cultura las procesiones, las romerías y la semana santa, se olvida que las iglesias no son museos, son el lugar donde se desarrolla una actividad social muy importante para muchas personas, porque va más allá de la cultura, entronca con sus creencias y eso es lo más arraigado de una persona. Un Madrid que cada día está más lejos de volver a ser aquel Madrid que dejé, y que pese a ser una gran ciudad era también comunidad.
En esta urbe megalómana, en esta ciudad multi-todo, multiétnica, multirracial, multicultural, y que al final es muy multi y muy poco uni y menos madri, al final hay que hay de todos menos los madrileños, mientras los cofrades más allá de sus límites se han convertido en garantes, mantenedores y en la medida de lo posible fomentadores de nuevas tradiciones relacionadas como digo con las creencias y con el espíritu del pueblo, otra vez nuestro alcalde y otros altos cargos se olvidan de que el pueblo debe y es bueno que tenga espiritualidad. Más en los tiempos que corren. Lo siento pero eso del laicismo no me gusta. Es un atraso, demostrado.
Sin embargo los cofrades de Madrid, como decía, tienen muchas asignaturas pendientes, es cierto que no van a la academia, y que no les dan más propina cuando aprueban, pero por su bien, más que nada, deben ponerse con esas asignaturas pendientes.
La montaña cada vez es mayor, como les pasa a los malos estudiantes, cada vez tienen más retraso en los conocimientos, cada vez se vuelven más vagos y se frustran porque se ven muy lejos del aprobado, se abruman ante el ímprobo esfuerzo que tienen que hacer para ponerse al día. Así que algunos cofrades de Madrid quieren aprobar 5º sin saber bien las materias de 1º.
Hay muchas pendientes, tales como vestir adecuadamente a sus imágenes, una vez más hay cofrades que han querido correr mucho y hacen las cosas mal, otros por contra están en la edad de piedra en estos temas, yo no soy un experto, pero sé muy bien que a una dolorosa se le saca más partido bien vestida que mal vestida, dicho de otra forma la dolorosa la empieza el escultor, pero la termina el vestidor.
No sólo son las dolorosas, hay que terminar con esos recortes y esos excesos, propios de malos estudiantes.
Y también hay que terminar con los recelos a vestir las dolorosas de una manera más "vistosa", más cuidada, hay cosas en las que conviene fijarse en lo que hacen fuera, si no hay referentes en casa, que quizás sí los hay...
Otra asignatura pendiente es la musical ¿para cuando las bandas propias de Madrid? Me llama poderosamente la razón que no haya más bandas en la ciudad que la profesional del Reg Inmemorial del rey. Otra vez las hermandades parecen quedarse fuera de un aspecto que les es muy necesario y una forma a la vez de atraer más cofrades, la música. Las hermandades son las primeras interesadas en fomentar bandas de calidad de todo tipo sean de cornetas y tambores o bandas de música. Hoy por hoy el suspenso es monumental en este aspecto.
En esas asignaturas que arrastran desde hace mucho está la organización de los cortejos procesionales, asignatura de los primeros ciclos, esta como otras muchas asignaturas se convierte en un autentico problemón, porque hay cortejos que han crecido de forma mutante, desordenadamente, inapropiadamente y ahora se ven en la necesidad de estirpar muchos elementos improcedentes en un cortejo. El cortejo en una procesión lo es todo, no sólo estoy hablando de la Archicofradía de Medinaceli, hay fallos enormes en los cortejos de las glorias, hay muchos fallos en otras procesiones de hermandades de penitencia, hay túnicas mal vestidas, mal planchadas, mal llevadas, exceso de mantillas, y otros elementos, como los mosqueteros de la soledad, que no vienen al caso. El cortejo dice mucho de una hermandad, una hermandad ejemplar en su discurrir en las calles es síntoma de una hermandad que se toma en serio lo que hace, es como la limpieza en el cuaderno de las mates.
Falta de protocolo por todos los lados, pero sobre todo falta de sentido común y de sentido cofrade, hay que saber el
porqué y
qué en cada lugar. Discernir entre lo adecuado y lo que no, saber cuando las cosas proceden o no, distinguir entre una hermandad de negro y otra de corte más popular, menos serio, saber que no todo vale para todos.
Hay que empezar a tener gusto y a saber cuidar los detalles. Lo mismo que los buenos estudiantes cuidan la presentación de sus trabajos, el patrimonio, los enseres, todo tiene que ser medido, cuidado valorado...
En Madrid hoy por hoy la semana santa tiene algunas asignaturas pendientes donde los cofrades madrileños, la semana santa en general tiene un rotundo 0.
¿Donde está el paso inaugural de cualquier semana santa? Sí, la borriquilla, no hay, ni mala, ni buena, ni peor, ni mejor organizada, simplemente desapareció. Eso no debe continuar así. Madrid debe tener una Entrada Triunfal, inaugurar su "semana santa" con un crucificado ya dice mucho de esta ciudad.
Y hablar de la borriquilla me llama a hablar de otra de las carencias de la ciudad, "los conjuntos de misterios" hay hermandades que debieran tenerlos incluso que los tienen como titulares, caso de los Siete Dolores, pero años después no lo han recuperado ni tienen vistas de hacerlo, me refiero al misterio del Descendimiento. Sé que la hermandad se escuda en una falta de recursos humanos y económicos, lleva excusándose en ello demasiado tiempo, sin embargo en la ciudad han culminado con éxito otras iniciativas que han puesto pasos en la calle, partiendo también de 0. ¿No debieran plantearse los hermanos de los Siete Dolores que algo hacen mal cuando la conclusión de su misterio nunca llega?
La semana santa madrileña carece de pasos de misterio, ni a carroza, ni a costal ni de ninguna manera, incluso cualquiera pensaría que en estas calles nunca llegó a haber tales escenas que representan la pasión y muerte de Jesucristo, pero sí existieron. Incluso algunos están ahí durmiendo el descanso de los justos esperando que alguien organice una hermandad en torno a ellos.
¿Dónde una sentencia? ¿Dónde una flagelación? ¿Dónde una Piedad? ¿Por qué no hay una lanzada con la cantidad de buenos crucificados que hay ? ¿Por qué no una caída? ¿Y una cena? ¿No echamos de menos una oración en el huerto o un prendimiento? Yo sí.
Es muy aburrido y poco catequético ver tanto nazareno o tanto crucificado, hacen falta los misterios. Esto lo dice alguien que pregonó y avaló que en mi otra ciudad, Granada, se fomentarán y crearan misterios nuevos, para realzar más la variedad de una semana santa, que a diferencia de Madrid año a año va sacando mejores notas. ¡Cuánto me gustaría a mí poder sacar pecho también de la ciudad que me vio nacer!
Otra gran ausencia es la de una carrera oficial, un recorrido sino oficial sí oficioso, no para todas pues hay hermandades que vienen muy de lejos, pero sí para las más céntricas, una carrera oficial que facilite a los madrileños la contemplación de sus hermandades, una carrera que motive a los medios de comunicación, que sea fuente incluso ¿por qué no? De ingresos para unas hermandades a las que me consta se ayuda muy poco en esta ciudad y que obviamente están necesitadas de recursos para crecer y para presentar una semana santa y recuperar unas tradiciones a la altura de la ciudad.
Falta sobre todo mucha información, no formación, sino información, de cómo debe ser y funcionar una hermandad en el siglo XX, el modelo de hermandad de pueblo no vale para una gran ciudad, en el pueblo las hermandades duermen hasta que les llega el momento, porque su labor continua la sustituye la propia organización del pueblo como comunidad. Aquí no, hace falta una hermandad que se mantenga a lo largo del año, no sólo para las penitenciales, también para las de gloria y sacramentales. Las hermandades deben formar, tanto en lo que supone ser cristiano, como también en lo que supone ser hermano y lo que supone ser cofrade, las hermandades deben hacer obras de caridad, deben hacer obra social, y por supuesto deben dar y fomentar el culto cristiano, cómo no, con el máximo esplendor.
Los cofrades, como la iglesia, deben asumir, que para estar mejor colocados en esta sociedad de los medios, quizás debieran tratar de fomentar más su imagen, una imagen que si se mira debajodel faldón y debajo del antifaz, es casi siempre de gente muy honrada y mejor persona, otra vez falla la comunicación. Los cofrades han de ponerse, o aproximarse al ojo del huracán, ponerse en el centro, multiplicar su actividad, como la multiplica ese alumno que quiere enseñar a sus profesores que ha madurado y ya no es el alumno apático y desinteresado, sino un alumno renovado que pregunta, que trabaja por dos para recuperar, entonces que duda cabe, a los profesores no les queda más remedio que constatar el cambio, porque se hace evidente. Hagan la evidencia evidente, el tiempo y Dios se lo agradecerán.